'Insaciable':
La apuesta de Netflix por lo políticamente incorrecto
La felicidad no la da el estar delgada, pero puede contribuir a una buena venganza. La última creación de Netflix ha llegado en verano envuelta de polémica y devastada por la crítica. Sin embargo, ni todos los rumores son ciertos, ni la mitad de las críticas fiables.
La nueva comedia ácida de Lauren Gussis, antigua guionista de Dexter, nace pisando fuerte, pero con uno de los peores capítulos piloto que hayamos podido ver nunca en una serie de este tipo (ni siquiera aquel primer capítulo alternativo de Big Bang Theory que horrorizó a su creador), aunque he de decir que a partir del segundo, no hace más que mejorar.
“Patty Bladell (Debby Ryan) es una adolescente con sobre peso cuya vida sufre un cambio radical en el momento en el que un vagabundo le rompe la mandíbula y consigue adelgazar”. Esta es la reseña triste y superficial que ha revolucionado e indignado a todos los que han decidido ir en su contra, tal vez porque no pasaron del capítulo uno o porque resultaba más interesante caracterizarlo como un cliché frívolo e insustancial.
Debby Ryan abandona su trono Disney para pasarse al mundo de los adultos con un humor negro agresivo y violento, que nada tiene que ver con Jessie. La nueva apuesta de Netflix juega con lo absurdo de los tópicos para hacer una comedia juvenil de nueva generación.
A la nueva Mean Girl no le valen los laxantes ni las barritas hipercalóricas como venganza, su sed de mal es insaciable, sobre todo cuando a alguien se le ocurre llamarla “gorda” o “mala persona”.
A pesar de la premisa, Insatiable es mucho más que la historia de una víctima del acoso escolar (más conocido como bullying) que resuelve su vida al adelgazar, Patty es una adolescente con mucho caracter y altamente inestable, a la que no le vale solo con estar delgada, quiere más.
Alcanzar la felicidad es difícil cuando se es mala persona, y es que Patty no es ninguna santa, es egoísta, imperfecta y débil, como cualquier persona normal. A diferencia de la mayoría de series y películas con protagonistas femeninas, idílicamente buenas y perfectas, Ryan encarna al nuevo personaje de moda, el humano, que odia, sufre y rompe las reglas.
Desde una posesión infernal a drogas, robos, incendios y asesinatos, Patty Bladell no se priva de nada, pero como le ocurría al asesino más perturbador del mundo seriéfilo, Dexter, cada crimen está justificado, al menos para ella. Todo vale para conseguir ganar un certamen de belleza.
En una sociedad donde se relaciona directamente la delgadez con la felicidad, es hipócrita obviar el ansia de muchas niñas por ser perfectas cuando el culto al cuerpo de en sueño juega un papel tan importante en sus vidas. Cada vez son más los casos de trastorno alimenticio, como también lo son los de suicidio. Por 13 razones fue tachada de insensible por muchos adultos que se negaban a creer que lo que veían era cierto, así como ocurrió con Hasta los huesos.
Insatiable no es una oda al cuerpo perfecto, retrata y critica de forma cruda aunque cuidada las inseguridades de muchas adolescentes que no se sienten a gusto con su físico, pero también la presión y los problemas que muchas de esas otras “personas perfectas” pueden llegar a tener. La belleza no es siempre la clave del éxito, e Insatiable se encarga de mostrarlo muy bien.
En resumen, ni el piloto ni el trailer hacen justicia a la serie. No es una maravilla, pero sí un buen entretenimiento veraniego para los amantes de lo absurdo y el humor negro. La estética de esta es muy parecida a la de Jane the Virgin, aunque algunos personajes como el de Alissa Milano (Embrujadas) o Dallas Roberts (Dallas Buyers Club) encrudecen todavía más su humor, recordando a otro tipo de series como Mujeres desesperadas, pues el personaje de Milano es el vivo recuerdo de Gabrielle Solis (Eva Longoria).
Todo vale por la venganza.